lunes, julio 25, 2005
Byron Bay y Brisvegas
- Byron Bay
¿Qué tiene que pasar para que una pequeña ciudad pase de ser un matadero ballenas a uno de los puntos más visitados del este de Australia? ¿Cómo es posible que una bahía llena de despojos de cetáceos hasta los años 60 se convierta en una meca para los amantes del surf y el buceo? 
Esta ciudad, situada en el punto más al este de la Australia continental tiene algo especial, y es que si no, ¿cómo es posible que atraiga por igual a la gente de Sydney, a mochileros rastafaris y a surfistas de peróxidos cabellos?
La respuesta está por una parte en sus playas, de gran belleza, ideales tanto para amantes del surf como del buceo, como la dirección que dieron al rumbo de desarrollo de la ciudad. 
En vez de crecer hacia un turismo de masas, como sus vecinos Surfers Paradise y Tweed Heads, con sus rascacielos, sus parques de atracciones y toda la parafernalia consumista que hace que estas ciudades no se distingan en nada de Torremolinos, Byron Bay ha sido refugio de artistas, meditadores, ecologistas.... y según me contaron, han creado un lobby fuerte que no permite ningún mamotreto de 38 pisos en su territorio.
Consecuencia: la ciudad está plagada tanto de galerías de arte o de masajistas orientales como de organizadores de rutas en kayak, rappelling, submarinismo.... sin contar con su vida nocturna.
Una mezcla que quizás se pueda ver estropeada por la terrible masificación que surge en verano, pero que desde luego merece la pena visitar.
- Brisvegas
Con este apodo se conoce desde hace muy pocos años a Brisbane, la capital del estado de Queensland. En este enlace:
http://www.urbandictionary.com/define.php?term=brisvegas
se encuentran (en inglés) varias teorías sobre el origen del término, pero parece claro que para sus vecinos del sur este apelativo, mezcla entre Brisbane y Las Vegas le viene al pelo a esta ciudad, pues a parte de su llamativo casino, nada hay que ver por allí (al igual que pasa, pero a lo bestia, claro, en la norteamericana capital del juego). Lo curioso es que los propios habitantes de Brisbane se han apoderado del término con orgullo y han sustituido al viejo "Brissy" en sus preferencias. De hecho, si buscáis ambas palabras en Google (el juez universal de estos días) la primera, pese a no llegar a la decena de años de existencia, supera al siempre cariñoso Brissy por 59,300 a 41,600 apariciones.
Pero volviendo al tema... ¡en Brisbane prácticamente no hay nada que ver! Sus calles no tienen un ambiente especial y poco hay llamativo, salvo el parque que han dejado como resto de la Expo del 88, en donde se han apañado una playa hasta con “vigilante surfero” y todo (pues aquí, como en Madrid, tampoco hay playa, vaya, vaya...).
En resumen, esta ciudad sólo ofrece dos cosas: buen tiempo (lo cual en invierno se agradece) y el relajado ambiente que se respira en las calles. Si quieres una ciudad tranquila, vete a Brisbane, si quieres una ciudad fantasma, vete a Canberra.
