lunes, agosto 29, 2005
Costumbres nupcionales nativas
Este pasado sábado se casó un compañero de trabajo. El lunes antes de la boda noté que tenía la cara un poco amarillenta, y pensé que sería de las preocupaciones lógicas ante lo que se le viene encima. El martes el amarillo oscureció y empezó a ser color marroncete y el miércoles finalmente di con el quid de la cuestión. ¡Este chico se está dando rayos UVA o algo que se le parece!Le pregunté y me contestó con toda naturalidad que en Australia es muy normal que los novios se den sesiones de falso bronceado (faked tan), más que de rayos UVA, antes de la boda porque así (según ellos) salen mejor en las fotos. Otro compañero nativo me lo confirmó como algo bastante común. Siguiendo mis pesquisas, mis compañeros escocés e irlandés se apresuraron a dejar claro que en sus respectivas tierras no se les ocurre semejante idea, cosa que tampoco me extraña, pues tanto unos como otros no es que se distingan por sus refinamientos precisamente, y bueno, una sesión de UVA a un pelirrojo lleno de pecas debe producirle un resultado bastante, digámoslo asi, vanguardista. Pero...
..... y los españoles?
Llevo tanto tiempo subido a mi eucalipto que no sé si en España a la gente también le da por retostarse antes de afrontar la sesión de fotos o es que estos sydneysiders están un poquillo "pa'llá".
¿Podría alguien ponerme al día?
Vale, ya se que los homosexuales sí, que eso ha sido noticia hasta en la televisión regional, insisto, regional, de Mwanza (Tanzania).
Pero ¿los demás también?... eso, eso, que nos pongan al día, que yo también debo llevar demasiado tiempo subido a algún baobab.
Pero, claro, algún inconveniente tenía que tener vivir dentro de una misión luterana al borde de las sabanas del Serengeti. Y es que he terminado viviendo dentro del complejo del hospital, aunque de complejo no tiene nada, que no es más que eso, un hospital rural y unas casas. Y como es luterano, pues son todos ellos muy luteranos y les parece fatal que ‘dejemos a los gays casarse’. Y mira que yo les digo que a mi me da igual, es más, que ya hace casi dos meses que aprobaron la ley y yo he llamado a mis familiares en España y están todos perfectamente de salud mental y física, pero nada, que no les convenzo.
Y es que son muy luteranos ellos. Cada mañana, todo el personal reza, juntitos, antes de empezar la jornada laboral. Eso sí, después, un paciente puede morirse, que la enfermera no le administrará la medicación y firmará en el informe como si lo hubiese hecho, a no ser que la familia o el propio enfermo le endiñe un pequeño soborno. Un voluntario finlandés me contó que fue testigo de cómo un pobre hombre, al que había ‘atropellado’ un rinoceronte mientras andaba a sus quehaceres por el campo, se tiró día y medio en una camilla del hospital sin que nadie le limpiase siquiera las heridas.
Vale, seguro que alguien ya está pensando “¿y éste porque no pone su propio blog y deja de dar el tostón?”... pero es que mis historias serían algo tórridas, no cómo las de Koalix.
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