jueves, noviembre 10, 2005

 

Sydney to Gong


La marcha ciclista Sydney to Gong es un evento con cierta solera en este país. Lo organiza una organización benéfica de afectados por la multiesclerosis y pone encima del sillín cada año a miles de participantes para recorrer los casi 90 kilómetros de distancia entre Sydney y Wollongong (más conocida como Gong, los aussies tienden a acortarlo todo).

La primera cosa que me llamó la atención es que tienes que pagar por participar, y no poco, sobre unos 30 euros. La segunda es que la gente aquí no sólo los paga gustosamente sino que además piden libritos de donaciones para recaudar dinero por su cuenta y entregarlo a MS, la entidad organizadora del evento.

Este tipo de eventos para causas benéficas se repite durante todo el año y la gente acude en masa. Al City to Surf, la carrera urbana más popular de Sydney (14 Km) acuden familias enteras, y mucha gente se disfraza. También interesante es el Oxfam Trailwalker, pues se trata de hacer 100 Km andando por senderos dentro de el área urbana de Sydney, cosa posible gracias a la enorme cantidad de parques naturales que están incrustados en la ciudad.

Otr característica muy australiana es que, para causar menos trastorno al tráfico, estos y otros eventos deportivos suelen empezar a unas horas bastante intempestivas para el ibérico común. ¡En el Sydney to Gong los primeros ciclistas salieron a las 6.30 de la mañana!

Como me habían asignado como horario de salida las 7.30, llegué un poco antes junto con mis compañeros de escudería (Kangutja y El Magro) y el ambiente ya era estupendo. Por el Sydney Park deambulaban tranquilamente centenares de ciclistas estirando músculos o apurando un plátano antes de pasar bajo la pancarta que marcaba el inicio. Entre los miles de maillots, algunos conocidos como los del Kelme, Once, Mapei y varios del Banesto, algunos incluso con referencias a Miguel Indurain.

Por cierto, hay que decir que había 3 circuitos, uno de 54 Km liso, el íntegro de 88 Km (que es el que mis piernas y mi trasero estoicamente soportaron) y otro, con salida más adelante, que sólo hacía los últimos 52 Km, los más bonitos, por estar la mayoría dentro de un parque nacional.

Según llegabas te ponías el dorsal y tras acudir a que te sellaran tu tarjeta de participación podías tomar la salida cuando quisieras. De este modo, los al menos 7000 participantes salieron en un chorro continuo durante al menos hora y media, lo cual facilitaba mucho el pedaleo y evitaba masificaciones en los puntos de parada.

A las afueras de Sydney, en un parquecito, estaba la llamada Parada del Té Matutino, en el cual te daban gratis café o té, una magadalena (tamaño australiano, es decir, como un puño de grandes) y mientras te tirabas por el cesped, una banda de música amenizaba, con más ganas que resultados, con una curiosa mezcla de rock and roll y swing.

Pero desde luego, lo mejor vino a mitad de la carrera, cuando entramos en el Royal National Park por una carretera que cortaron para la ocasión. En la entrada del parque paraban a la gente para que descendiera el siguiente tramo, estrecho y serpenteante, en pequeños grupos, lo cual te daba la posibilidad de lanzarte a lo Perico Delgado a sabiendas de que no te empotrarías con nadie. Una gozada.

Luego, claro... lo que bajamos hubo que subirlo, pero todo tuvo su recompensa, pues la cima del primer repecho era un mirador en el que se veía toda la costa y la industrial Wollongong al fondo; ciudad que no nos vería llegar, puesto que por motivo de unas obras en la carretera, la edición de este año retornaba excepcionalmente de nuevo a Sydney.

Pero era una delicia tomarte el bocadillo a lado del acantilado mientras parapentistas trataban de emular el esbelto vuelo de los pelicanos.

Así, tras el enésimo bocata de nutella (creo que algunos sólo participan para ponerse tibios con nutella y tubos de leche condensada) atacamos el último repecho y volvimos por la autopista hacia el Waratah Park de Sutherland, donde, para hacer bueno el lema de la marcha, nos esperaba un auténtico... ¡GONG! ¡con su baqueta y todo! Estaba a libre disposición para el que quisiera probar sus habilidades musicales, cosa que hice gustosamente, aunque por las caras de los allí presentes parece que no valgo para tañidor en un monasterio budista.

Finalmente, debido sin duda a la concentración de sangre en ls piernas en detrimento del cerebro, yo ingenuamente esperaba que en el parque hubiera chiringuitos de cerveza, música pachanguera, barracas de feria, críos dando la tabarra... en fin todo lo que se necesita para montar una buena FIESTA y culminar el día, pero......

....amigos, esto es Australia. Había algunos stands de los organizadores vendiendo merchandising y alguno privado (hay empresas, recuerdo en concreto un banco, en las que la participación es bastante alta), también un escenario donde me dijeron que a mediodía tocó la banda que estaba en la Parada del Té Matutino y.... ¡nada más!

La gente estiraba las piernas y ¡hala, a casita!.

Sin bien a esas alturas no estaba el cuerpo para muchas, ¡hombre, lo que hubiera dado yo por una cerveza bien fresquita!


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LEGAL!!!
 
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