jueves, febrero 09, 2006

 

Chiste con certificado de procedencia


Me pregunto qué proporción del material que circula por Internet es lo que yo genéricamente denomino como "chorradas". Ya sabéis, chistes, presentaciones en powerpoint de paisajes deslumbrantes o cuerpos aún más deslumbrantes, videos con taradeces del mundo mundial, etc.

Como muestra, este montaje que alguien hizo cambiando los textos del siempre "amado" servicio de ferrocarril de Sydney.



Siempre me he preguntado de dónde saldría todo este compendio de saber y muchas veces estoy casi seguro que son los propios spammers lo que inician muchos de ellos, especialmente los odiosos mensajes cadena. Todos hemos sido víctima de ese mensaje de un "amigo" que te manda un tantra malayo de muy buen rollo, pero que termina diciendo que si no reenvías el mensaje a otras diez inocentes víctimas tu tostadora hará el pan al contrario de lo que a ti te gusta, tu suegra vendrá a visitarte justo cuando te ibas a echar la siesta y otras desgracias de similar magnitud caerán sobre tu vida.

El interés de los spammers es claro, cuantos más mensajes se reenvíen, más posibilidad tendrán ellos de interceptarlos, y por tanto, de conseguir direcciones de email válidas y, por consiguiente, de seguir con su lucrativo negocio. El SPAM mueve millones, aunque nadie admitirá nunca haber comprado viagra de uno de esos cientos de correos que te insinúan que tu potencia sexual podría mejorar muy mucho con semejante cóctel químico.

¿Y esto qué tiene que ver con Australia? Pues tiene que ver con que el chiste de más abajo tiene certificado de procedencia. Es más, hasta conocí a su autor, o mejor dicho autora.

Hace año y medio, cuando trabajaba una famosa compañía finlandesa, una chica polaca (llamada Anna Hrycej, por si le da por escribir su nombre en Google y llega hasta aquí) apareció un buen día por donde yo andaba con un montón de cacharros para probar. Acababa de llegar a la ciudad y como tenía poco tiempo para visitar Sydney antes de volar a Europa de nuevo, hizo el recorrido básico para turistas, incluyendo el zoo de Taroonga, el cual, por cierto, me desaconsejó, por su falta de fauna australiana, aunque su situación sea inmejorable, al borde de la ría, con la Opera House y el Harbour Bridge como fondo para mandriles y paquidermos.

Allí surgió la foto que dió origen al montaje, el cual, por cierto, no terminó de hacer mucha gracia a los australianos, que tenían todavía a Russel Crowe en palmitos, antes de que se dedicara a lanzar telefonos al personal.

Bueno, no me enrollo más, para los no anglo parlantes, el texto dice: (Gemelos) separados al nacer...


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